Category Crítica literaria

El fin del homo sovieticus, Svetlana Alexiévich.

En el canto y la ceniza, Anna Ajmatova describe la siguiente escena: «Diecisiete meses pasé haciendo cola a las puertas de la cárcel, en Leningrado, en los terribles años del terror de Yezhov. Un día alguien me reconoció. Detrás de mí, una mujer -los labios morados de frío- que nunca había oído mi nombre salió […]

Anotaciones sobre «El reino» de Gonçalo M. Tavares

La literatura Gonçalo M. Tavares ahonda en los abismos de la condición humana. Este acto de inmersión arroja poca luz a un lector que, difícilmente, puede salir indemne de sus obras tanto por el tema tratado (la violencia, el horror, el poder) como por la propuesta formal del autor. Tavares escribe desnudando el lenguaje de […]

Os cus de judas, António Lobo Antunes.

«Os lo aseguro, buenas y pobres gentes, gilipollas, infelices, baqueteados por la vida, desollados, siempre empapados de sudor, os aviso, cuando a los grandes de este mundo les da por amaros, es que van a convertiros en carne de cañón… Es la señal… Infalible». Louis-Ferdinand Céline Cuando Lobo Antunes embarcó para Angola desconocía que la […]

La disputa por el Sargento grischa, Arnold Zweig.

El Olimpo literario es caprichoso y cruel. Piense en un escritor centroeuropeo de origen judío y nacido a finales del siglo XIX –entre el 1880 y el 1889-. Durante los primeros años de madurez es testigo, o quizá algo más, de la Primera Guerra Mundial y posteriormente cronista del derrumbe de un imperio. Tras el […]

La guerra no tiene rostro de mujer, Svetlana Alexievich

Todo relato contiene cierta verdad sobre su autor, incluso la historia no es ajena a dicho principio. Es, además de una suerte de relación cronológica de sucesos, el retrato –no intencional- de sus autores. Escrita con palabras de oro y marfil, habla de poder y progreso. Su naturaleza –elaboración subjetiva, a pesar de se pretensión […]

La muerte de mi hermano Abel, Gregor von Rezzori.

Europa, que nunca ha trascendido de su ser quimérico, es un cadáver. Además, se encuentra muy lejos de yacer apaciblemente en un ataúd. No, el destino ha sido cruel con ella: sus restos, putrefacción encarnada, hieden, se arrastran y pierden por el camino –su condena- lo poco que queda de sus miembros biliosos. Europa es un cadáver, pero no está muerta, su estado es mucho peor: es un zombi.

La condición humana, André Malraux

Aventurero, intelectual, ladrón de arte, ministro del gobierno gaullista francés, miembro de las brigadas internacionales durante la guerra civil española y novelista, sobre todo, novelista. Todo eso fue André Malraux (). Todo eso y nada, pues tanto en vida como en obra, el escritor francés luchó contra el dogma, contra lo unívoco; contra aquello que se dice siempre con la misma voz, siempre con el mismo tono.

El mundo de ayer, Stefan Zweig.

Una vez más era la guerra, una guerra más terrible y de peores consecuencias que cualquiera anterior. Una vez más se terminaba una época, una vez más empezaba una época nueva.
Stefan Zweig. El mundo de Ayer

Mientras dan las nueve, Leo Perutz.

Sólo sus ojos caminaban, sus ojos vivían. Sus ojos deambulaban sin descanso por las calles de la ciudad, pasaban volando sobre jardines y plazas, se sumergían en el efervescente torbellino de lo cotidiano, se precipitaban escaleras arriba y abajo, se deslizaban por salones y garitos, se aferraban todavía a la incansable vida del día en eterno movimiento, jugaban, mendigaban, peleaban por dinero y por amor, saboreaban por última vez la dicha y el dolor, la alegría y el desencanto, se agotaron y se cerraron.
Leo Perutz.

El fugitivo que dibujaba pájaros, Lidia Jorge.

Saudades, só portugueses/ Conseguem senti-las bem/ Porque têm essa palavra/Para dizer que as têm.
Fernando Pessoa